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El Camino de Aníbal Jaén - Roma 18 de Julio / 7 de Agosto de 2003 |
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Día 20 - Siena > Viterbo Miércoles, 6 de agosto de 2003 Madrugo mucho, más que ningún día, pero cuando estoy en recepción me doy cuenta que tenía pinchada la rueda trasera, así que salí finalmente a las 6:30. Llevo conmigo un mapa de los alrededores de Siena, que me permite, atravesando el centro histórico, abandonar la bella ciudad y proseguir la SS-2. La carretera se convierte en un verdadero rompepiernas. Paro en Buonconvento para tomar un segundo desayuno; más adelante pararía en un pueblo llamado Gallina. Mi intención era simplemente comprar agua mineral, pero viendo los panini de prociutto que estaba pidiendo la gente, no puedo resistirme y me doy un minibanquete. Cómo no habré descubierto antes esta delicia. Llegando al Lazio el paisaje es desolador. No solamente tengo que ascender rampas interminables, sino que la aridez del paisaje invita poco o nada al esfuerzo. Tras kilómenos interminables, atravieso un prolongado túnel que anuncia la ansiada cuesta abajo. Sigo el curso descendente del Paglia, un afluente del Tevere. Ya en el Lazio, en Acquapendente paro a comprar una botella de algo parecido al gatorade en un súper. En las cercanías del lago Bolsena complica de nuevo la orografía. Otra vez me encuentro con urbanizaciones turísticas y el consecuente tráfico. Tengo hambre pero no tengo ni ganas de entrar a ninguna ciudad para buscar un restaurante, me conformo con parar bajo una sombra en Bolsena y comer algo de fruta. Más adelante, en Montefiascone, me recompenso con un pastelito. ¡Ya quedan menos de 100 km para Roma! Sobre las 15:30 llego a Viterbo. No resultó una etapa tan dura como parecía. Me alojo en el Hotel Tuscia, dejando la bici en su garaje. Viterbo es una pequeña ciudad provinciana, sin nada especialmente interesante. Sólo hay un poco de turismo nacional. Meriendo un trozo de pizza y me quedo a cenar fuera, otra vez de menú turístico. Mañana será el gran día.
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