Carro tirado por elefantes

El Camino de Aníbal

Jaén - Roma

18 de Julio / 7 de Agosto de 2003

 

Día 18 - Berceto > Lucca

Lunes, 4 de agosto de 2003

Salgo de Berceto a las 7:00, en ayunas, al no haber podido comprar nada el domingo anterior. Con el fresquito de la mañana, retomo la S-62 y asciendo el puerto Passo Cisa (1.041 m), sin mayor dificultad. Este puerto marca el comienzo de la Toscana, región de la que pude comprobar su merecida fama aún sin llegar a conocer sus ciudades más renombradas, como Florencia y Pisa. Desde el puerto comienzo una formidable bajada entre espesos bosques, llegando enseguida a la altura de Pontrémoli. Esta ciudad, conserva un envidiable aspecto medieval. Entro por una de sus puertas pétreas y busco ávido algo dulce que tomar. Todavía están cerrados muchos comercios, así que compro un zumo para entretener el hambre hasta que abren una pastelería en una céntrica plaza y por fin encuentro aquellas tartas italianas tan deliciosas. Retomo la S-62 y cómodamente llego hasta Aulla. Aquí paro un momento para comprar agua mineral y lamentando no poder tomar ninguno de los numerosos desvíos que me dirigirían al mar, sigo mi carretera hasta Sarzana. Vuelvo a ver el mediterráneo. Me hago un pequeño lío en esta ciudad, pero por fin consigo encontrar la dirección correcta hacia Massa. Circulo ahora por la SS-1, una carretera de pendiente bastante suave pero con demasiado tráfico, stressante. Tiene carril-bici, pero está bastante mal cuidado y no quiero arriesgarme a pinchar, así que comparto carril con los vehículos. Hay alineaciones de pinos que dan una buena sombra, lo que es de agradecer en un día tan caluroso, pero por primera vez en este viaje tengo dificultad para encontrar un lugar donde hacer mis necesidades más acuciantes. Es digno de ver el tramo de carretera junto a Carrara y Massa y su enorme cantidad de industrias del mármol. Estoy muy fatigado, más que nada por el calor. Sigo hasta Viareggio y en sus afueras tomo la S-439 en dirección Lucca. Confío en encontrar en el primer pueblo algún sitio para comer, y con esa esperanza comienzo a subir una cuesta tras otra, sin recompensa. Como no encuentro nada mejor, compro cuatro chucherías en un supermercado y con esto me apaño, parando a descansar bajo una sombra. Sin reponerme del todo, decido seguir y sin mayor novedad llego a Lucca sobre las 15:00. Las indicaciones me llevan al centro de la histórica ciudad; junto a él una oficina de turismo reclama mi atención. Después de regatear el precio con el encargado, me alojo en un céntrico Bed&Breakfast, que me permiten subir la bici a la habitación.

Lucca - Anfiteatro

La ciudad de Lucca me sorprende enormemente, es quizás la que mejor recuerdo me ha dejado. Por la tarde, cuando han pasado las horas más calurosas, disfruto de su entorno y reservo el billete de vuelta a casa. Me alegra mucho encontrar por fin en sus calles referencias a Roma y a los peregrinos. Por cierto, esa noche cené por tres veces pizza, ¡no había forma de quitarme el hambre!

Lucca - Duomo di San Martino

Distancia: 135,22 Km Tiempo: 6:24:48 Vel. media: 21,08 Km/h
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