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El Camino de Aníbal Jaén - Roma 18 de Julio / 7 de Agosto de 2003 |
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Con mi experiencia del 2002, a partir de enero comencé la preparación del Camino de Aníbal para el verano siguiente. Estuve muchos meses mentalizándome a fondo, realicé un entrenamiento no excesivamente duro pero constante y recabé toda la información que pude del trayecto que me propuse, etapas y alojamientos.
También preparé la bici a conciencia, quitándole la suspensión delantera, volviendo a colocar su horquilla rígida original y adaptándole las cubiertas más finas que pude. Lo que no esperaba era que apareciera un problema adicional. En junio, después de hacer una etapa bastante más larga de lo normal comencé a notar un fuerte dolor en las rodillas, especialmente en la derecha. Escuché por primera vez pronunciar condromalacia rotuliana, y me vi de hecho abandonando la bici para siempre. Todo mi sueño se venía abajo de nuevo, a menos de un mes de la fecha de mi partida. Me cargué hasta arriba de cartílago de tiburón, antiinflamatorios, etc., comía y cenaba gelatina, me puse rodillera, me apliqué cremitas diversas... por suerte un médico me animó a desterrar la idea de la condromalacia de mi cabeza y decidí seguir adelante con el proyecto, eso sí, guardando bastante reposo. Total, que después de 15 días sin tocar la bici salgo de Jaén un viernes 18 de julio teniendo por delante reservado alojamiento hasta los Pirineos, pero temiendo que quizás ese mismo fin de semana volviera a casa. |
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